23 de enero de 2012

Fantasía (1940)

Una de mis películas de animación favorita es Fantasía (1940), tercer largometraje de la factoría Disney tras Blancanieves y los siete enanitos (1937) y Pinocho, que producido al mismo tiempo, se estrenó en febrero de 1940. Fantasía es, en mi opinión, un prodigio artístico pionero y prácticamente único en su género en el que se combinaron algunas de las más célebres piezas de música clásica con un conjunto de influencias del mundo de la literatura, la mitología y la pintura con un resultado inmejorable.

Lo que llama la atención de la película y la hace diferente al resto de clásicos de Disney es su propio concepto experimental. No se trata simplemente de un cuento adaptado o de una historia con principio, desarrollo y final. Fantasía es un conjunto de siete secuencias animadas, o cortos si así lo queremos ver, que surgieron de la inspiración de los dibujantes y animadores escuchando determinadas composiciones de música clásica.

Las piezas musicales fueron interpretadas por la Orquesta de Filadelfia bajo la batuta del director de origen inglés Leopold Stokowski. Todas las secuencias comienzan con imágenes de Stokowski dirigiendo a la orquesta, y en ocasiones, también con proyecciones de los músicos a modo de sombras chinescas para posteriormente dar paso a las imágenes animadas.

Hay que destacar que Fantasía supuso una innovación técnica en el campo de la reproducción sonora, pues fue la primera película comercial con sonido multicanal. Esto fue posible gracias a la obstinación de Walt Disney, que se sentía decepcionado por la escasa calidad de los sistemas de grabación y reproducción de la época, a la experiencia previa de Stokowski –que había grabado pistas musicales estereofónicas a principios de los años 30- y sobre todo a la labor del ingeniero de sonido William E. Garity y el mezclador John N.A. Hawkins. Este avance les fue recompensado a los cuatro con un Óscar Honorífico en 1942, además de otro para Stokowski por la magistral interpretación de la música de la cinta.

La primera pieza de Fantasía es La tocata y fuga en re menor del compositor alemán Johann Sebastian Bach. Se representa con una sucesión de imágenes abstractas –líneas, estrellas, ondas y diferentes formas geométricas- inspiradas en la obra del pintor alemán Oskar Fischinger. La obra de Fischinger era bien conocida por Disney, dado que el pintor vivía en el exilio y llevaba instalado en Hollywood desde 1936.

La segunda pieza es El Cascanueces, del compositor ruso Piotr Ilich Chaikovski, que está a su vez dividida en seis partes: danza del  hada, danza china, danza de los mirlintons, danza árabe, danza rusa y danza de las flores. La primera parte y la última están protagonizadas por pequeñas hadas que bien podrían ser un antecedente del diseño del personaje Campanilla, del también clásico Peter Pan (1953).

La tercera parte, probablemente la más famosa, es El aprendiz de brujo. Evoca el poema de Goethe escrito en 1797 y musicalizado por Paul Dukas en 1899. Sorprendentemente está protagonizada por Mickey Mouse, el popular ratón creado por Disney en los años 20. En un primer momento se pensó en el personaje del enano Mudito de Blancanieves para este segmento pero finalmente se escogió a Mickey en una astuta maniobra de Walt Disney para recuperar la popularidad de su más célebre creación.


En esta inolvidable secuencia Mickey usa el gorro de su maestro, el mago Yen Sid, para dar vida a una escoba que le sustituya trayendo agua desde una fuente cercana a la morada de su mentor. El ratón se queda dormido y despierta en medio de una gran inundación, pues la escoba ha seguido llenando el pozo de la casa y le resulta imposible detenerla.

La cuarta parte es La consagración de la primavera, del ruso Igor Stravinski. En este segmento se muestran imágenes del nacimiento de la Tierra, de los primeros seres vivos del planeta y sobre todo de la vida y extinción de los dinosaurios. Estas últimas imágenes bien podrían ser las que inspiraron la saga de películas de dibujos animados En busca del valle encantado, de Universal Studios.

La quinta parte representa la Sexta sinfonía o Sinfonía pastoral, del alemán Ludwig Van Beethoven. En ella se muestran deliciosas imágenes de figuras mitológicas como centauros, unicornios, pegasos o caballos voladores… así como de los dioses Vulcano, Zeus, Iris, Baco, Helios y Diana.


La sexta parte ilustra la Danza de las horas, ballet que pertenece a la ópera La Gioconda, del compositor italiano Amilcare Ponchielli. En este segmento –quizá el más divertido de la película- aparecen hipopótamos, avestruces, elefantes y cocodrilos caracterizados como bailarines de ballet ejecutando pasos auténticos con gran virtuosismo, aunque el resultado final del baile termina siendo un desastre.

La última parte se divide en dos escenas, siendo la primera Una noche en el monte pelado, del compositor ruso Modest Músorgski. En ésta, la cima de una montaña se transforma en un gigantesco demonio que reúne a su alrededor y en torno a un gran fuego a diversos entes y almas erráticas en una especie de noche de Walpurgis o de las brujas. La segunda escena es una gran procesión nocturna en la lejanía, en la que el componente humano sólo se intuye por la tenue luz de unas antorchas. Las figuras se adentran en un bosque con reminiscencias de catedral mientras suena el Ave María del austriaco Franz Schubert.


Como dato curioso hay que decir que la película no fue doblada en España hasta 1977, contando con la inigualable voz del cantante catalán Josep Guardiola como narrador. En 2000 se estrenó la secuela Fantasía 2000, que pese a estar inspirada en la primera entrega no obtuvo los resultados cualitativos esperados, siendo también un fracaso en taquilla. A finales de 2010 Disney publicó una Edición Diamante de la película original, siendo lanzada en dvd y blue-ray.
lunes, enero 23, 2012

3 comentarios:

Es probablemente la mejor película que he visto y veré. Aunque Fantasía 2000 no tuviera el aroma de la primera, también tenía mucho encanto.
Es una obra de culto por méritos propios.

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