Shakira conquista de nuevo Madrid

Shakira arrasó anoche en Madrid con un espectacular concierto en el Palacio de los Deportes, dentro de su gira mundial Sale el sol. Dio igual que esta fuera la tercera vez que el público madrileño la veía en pocos meses tras su participación en el festival Rock in Rio el pasado junio y su asistencia a los MTV EMA, la superestrella colombiana agotó sin esfuerzo las entradas. Y consciente del baño de multitudes que le suponía tocar en España -uno de sus feudos- hizo esperar más de media hora a las 18.000 personas que abarrotaban el recinto, como toda diva del pop que se precie.

Justo antes del comienzo sorprendió a todos los asistentes la presencia en la grada, mezclados con la multitud, de los Príncipes de Asturias. Por fin sonaron las primeras notas y Shakira apareció radiante, con una especie de traje de novia de tul de color fucsia, cantando unas líneas de Pienso en ti. Pronto se despojó del virginal atuendo para dejar al descubierto una indumentaria más propia de una figura rock mientras entonaba las primeras líneas de Why wait antes de llevar al público al punto de ebullición con Te dejo Madrid.

Pese al estilo reggaetonero de Loca, su último single, el espectáculo se movió más entre el rock y la música electrónica. Shakira fue poco a poco desgranando sus éxitos como Suerte, La tortura, Si te vas, Inevitable, Hips don’t lie, Waka waka… mientras echaba toda la carne en el asador con sus extenuantes golpes de caderas, coreografías sensuales y una anatomía rotunda que no dejó indiferente a nadie. Entre los punto álgidos del concierto estuvieron el número de pseudo-flamenco que la de Barranquilla se marcó en el tema Gitana o la danza del vientre de Ojos así, con la que dejó al auditorio completamente en silencio, rendido a sus encantos. También sorprendió gratamente con una versión del Nothing else matters del grupo Metallica. Muy destacable también el trabajo de la banda, en la que brillaban con luz propia el guitarrista Tim Mitchell, antiguo integrante de la Miami Sound Machine de Gloria Estefan, y Brendan Buckley en la batería y percusiones.

El punto menos positivo fue quizá el tema Gordita, interpretado virtualmente con Residente del grupo Calle 13, pues al igual que ocurre en algunas canciones de la colombiana, resultó tarea difícil comprender lo que estaba diciendo. También se nota una falta de espontaneidad en las actuaciones si comparamos este concierto de Madrid con cualquier otro de la gira: Shakira repite milimétricamente los gestos, coreografías y hasta las sonrisas. Dejando entrever ese perfeccionismo casi enfermizo del que hace gala pero que le resta algo de naturalidad al espectáculo.

Aún así, la artista colombiana ofreció un buen derroche vocal en un espectáculo impecable, lleno de energía y que no decayó en ningún momento. Y es que Shakira puede haberse ofuscado en algunos de sus últimos lanzamientos musicales, pero no hay duda de que tiene uno de los directos más elegantes y potentes del panorama musical mundial.