19 de noviembre de 2010

Mis adorables vecinos

Son las 2 y no puedo dormir. Mejor dicho, no me dejan. Mi vecina de arriba me ha despertado, como viene siendo costumbre desde hace más de un año, con unos chillos ensordecedores. Recuerdo que la primera vez que ocurrió yo debía llevar en este piso un par de semanas. Trabajaba con turno rotativo en una centro comercial y justamente esos días tenía horario de mañana. Es decir, que me tocaba levantarme temprano sí o sí. Pero no tuve que esperar, ni mucho menos, al molesto pitido de mi despertador porque ya se encargó ella de desvelarme a las 3 de la mañana.

Tengo que reconocer que tengo el sueño muy ligero; cualquier pequeño ruido suele despertarme y después de eso me resulta misión imposible volver a los brazos de Morfeo. Pero lo de aquella noche no era un pequeño ruido, era como estar en medio de una matanza de cerdos. Perdonadme la sangrienta comparación. Al principio pensé que era alguien llorando a moco tendido pero estaba tan confundido por la repentina interrupción de mi descanso que era incapaz de distinguir claramente lo que ocurría justo encima de mí, unos metros más arriba. Me quedé escuchando unos segundos y de repente pasó… Oí la retransmisión más exagerada de un orgasmo femenino que os podáis imaginar. Mi vecina de arriba no lloraba. De hecho se lo estaba pasando bomba.

Desde entonces comencé a sufrir estos bruscos despertares casi a diario. Me aprendí su popurrí de gemidos como el fan más histérico se aprende las letras de su ídolo, al dedillo. Casi le hacía playback desde mi cama. Y lo peor era que en una misma noche esto podía ocurrir incluso tres o cuatro veces. Seguro que estáis pensando "menudo malfollado…". Pues algo de razón tenéis. Porque no sé si me molestaba más el hecho de no poder dormir o el pensar que ahí al lado había alguien disfrutando salvajemente de su sexualidad tan a menudo. Y tan seguido. Sí, reconozco que en lo primero que se me venía la cabeza era un "¡será guarra!" pero después se transformaba en un "¡mierda, qué envidia!".

Confesiones a parte… Como la cosa ya empezaba a pasar de castaño oscuro -y los golpes en el techo no hacían efecto- decidí una noche, en medio de una de sus performances, subir y llamar al timbre. Nadie abrió. Repetí la operación durante varios días. Nada. Yo sabía que ella estaba despierta, ¡y tanto que lo estaba! Pero mi lujuriosa amiga no quería dar la cara. De hecho, llegué a la conclusión de que mi querida vecina era totalmente consciente de que la escuchaban pero no iba a hacer nada. Le ponía la situación. Hay gente que disfruta siendo mirada por extraños mientras practica el sexo, otros que disfrutan siendo los mirones y mi vecina entra en un grupo que yo desconocía hasta entonces: los que les gusta ser escuchados por medio bloque mientras "jincan" como conejos.

Lo curioso de todo esto es que al principio sólo se le escuchaba a ella. Estaba sola y se aburría demasiado por las noches. Claro, eso explicaba que ocurriera tantas veces en la misma madrugada… No es por dejarnos mal a los hombres pero un tío normal y corriente, sin pastillitas azules de por medio, no aguanta tanto. Cualquiera lo sabe. El sexo débil somos nosotros, y no sólo por este tipo de cosas... Pero una noche la cosa cambió y la veci dejó de estar sola porque comenzaron a llegarle compañías a las tantas. Desde mi dormitorio oía perfectamente como abría la puerta de la calle y les hacía pasar. Y después comenzaba el ritual: risas, golpes, zapatos lanzados contra el suelo, sus casi satánicos gemidos y ruidos de muelles durante largo rato… Daba igual que lloviese o hiciese frío, los amigos de mi vecina la mimaban a diario. A veces de uno en uno y otras todos a la vez. Y ella quería que todo el bloque supiese lo afortunada que era.

Yo estaba ya casi rozando la locura cuando un buen día los gemidos terminaron –al menos eso pensé en aquel momento-. Y con ellos se me fue el mal humor que la situación me había provocado. Dormía mejor que nunca y veía la vida a través de los ojos de Agatha Ruiz de la Prada: todo colores, corazones y estrellitas, pero sin Pedro J. Fueron los meses más felices de mi vida. Bueno, vale… exagero. Pero quiero que sepáis que mi estabilidad mental se recuperó bastante. Aunque como os podéis imaginar no duró mucho. Mi buena racha terminó cuando mi vecina se echó novio. Volvieron los ruidos y todo su repertorio de chillos de gran soprano consagrada.

Además, mi vecina se encargó de demostrarme que al contrario de lo que pueda parecer, las relaciones estables no matan las ganas, porque ella lleva varios meses con la misma pareja y su colchón no sólo sigue en pleno apogeo sino que las embestidas que recibe están alcanzando cotas insospechadas. De hecho que no os sorprenda si un día aparezco en la prensa en la sección de sucesos: "Muere aplastado por el techo de su dormitorio, dos personas y un tapiflex". Como si lo viera. Cuántas veces recuerdo en momentos como este una frase de un amigo. Un enterao, por lo que veo. Aquello de "cuando te vas a vivir con tu pareja se rompe la magia y el sexo escasea". Pues no. Supongo que simplemente tienes que encontrar a alguien con el mismo apetito sexual. Y mi vecina lo ha encontrado. Y yo, mientras tanto, con tapones y chutado de valerianas. ¡Qué cruz!
viernes, noviembre 19, 2010

14 comentarios:

José un poco de envidia si tienes jeje, hay que ver que bien escribes, me he reido mucho, espero que puedas dormir y que el techo siga en su sitio.
Saludos y buen fin de semana

La de historias que uno puede contar de sus vecinos...
Mi vecina de al lado estaba acostumbrada a que el piso donde actualmente vivo desde hace unos años estuviese vacío, y al principio todo le molestaba, incluso si los ruidos procedían de la calle me daba golpes a mi pared, en fin, una paranoica...
Mis mejores deseos para que puedas conciliar el sueño pese a la gritona de tu vecina, que con tanta actividad nocturna me figuro que dormirá por el día... ¿Has probado a molestarla por el día? Lo mismo le joroba, no es que soluciones nada, pero la venganza sienta de bien... ja, ja, ja!
¡Un abrazo!

Jajjajaja Bueno de esos vecinos y vecinas tenemos todos ajajjaja pero tan notarios!!!!!!! son algo mas desimulado...

Yo vi en la tv en un programa no se si era el "Diario de Patricia" o alguno parecido, el mismo caso que el tuyo. Y la vecina salio que no era para tanto, que los vecinos eran unos exagerados. Qué vecina mas desconsiderada, ya te prodria hacer una invitación para ver el espectáculo en vez de amargarte en tu cama toda la noche jajajaja!!!

Vaya historia lan tuya!! A mi me sucedió hace un par de años con una vecina que vive una pared de por medio de mi casa...pero no hacía las porquerías con su novio, le coqueteaba obsenamente a mi pareja!!!!!
Debiera existir una ley que regule a los vecinos insoportables...
Besos y buen finde!

Estos vecinos siempre jodiendo...¡la marrana!
Una vez compartí piso y se nos metió un ecuatoriano. Todo bien hasta que se trajo a la novia colombiana y lo celebraban cada noche después del trabajo. ¡Y el tío sin compartir! Y encima no teníamos tele.
Pídele que folle más temprano...

A las 8:00 en punto oigo todos los días a mi vecina de arriba histérica perdida, por culpa de las consencuencias que tiene tanto sexo: sus hijos.
Espero que tu vecina no tenga hijos nunca porque puede que eches de menos sus juergas sexuales.

Nos leemos.

Ja,ja no he podido reirme más con tu texto de hoy. Aunque siento las molestias de tu vecina...

Jajajaja madre mia... yo los escuche una vez a las 9 de la mañana, y no mas (por suerte)

Jajajajajaja, ¡muy bueno! para ella claro, para ti muy jodido... ah no, que lo de joder también para ella, ¡uf qué cruz te ha tocado!

Yo he tenido un par del estilo...

Ánimo con los tapones!

Muy bueno Jose, jajajajaja, todavía recuerdo cuando empezabas a contarme los escándalos de tu vecina, hará ya cosa de un año por lo menos, que envidia de vecina, no por el escándalo que monta, sino por la potencia y las ganas, eso no hay cuerpo que lo aguante. Ni tu insomnio ni su sexualidad. Espero que pare pronto el folleteo

Algunos vecinos son una cruz. A mi me pasa pero con gritos de histéricas y lo peor es que no me puedo desahogar en mi blog ¡porque lo lee!! Así que por lo menos te puedes despachar a tus anchas...¡Ánimo! Besos CLARA

Me he reido mucho leyendo tu relato, aunque reconozco que es una "putada", y más a esas horas.
Yo que tú la grababa y le ponía sus gemidos y alaridos de día a toda pastilla... je,je

Me ha encantado tu blog. Todo un descubrimiento. Da gusto ver que hay gente que sube la media de polvos de este país, que según las encuestas es un tema en el que los españoles andamos flojitos.
Lo que me pregunto es si tú algún día le has hecho la competencia ;-)
Besicos p8los

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